#EscritoresMexicanos (1944) La el soto vega y
En el más cariñoso lecho me siento morir, cuando en la naturaleza, toda mansa como jardín. Muelle, el ala del ángel blanco
La voluntad moral trabaja por humanizar más y más al hombre, levantándolo sobre la bestia, como un escultor que, tallando el bloque de piedra, va poco a poco sacando de él una estatua. ...
Si te dicen que voy envejeciendo porque me da fatiga la lectura o me cansa la pluma, o tengo hartu… de las filosofías que no entiendo; si otro juzga que cobro el dividen…
No cabe duda: de niño, me perseguía el sol. Andaba detrás de mí como perrito faldero; despeinado y dulce,
Hoy tuvimos noticia del poeta: Entre el arrullo de los órganos de… Y colgados los brazos de las últim… Detuvo su caballo. El campamento de mujeres batía pal…
Muchas sendas hollé, muchos camino… solicitaron el afán creciente, de contrastar los usos de la gente y confundirme con los peregrinos. Mezclaba los sabores de los vinos
Florit, la primavera se desborda y vuelca Flora el azafate henchido… y la naturaleza en cada nido lanza un temblor y hace la vista g… ¿Qué pasa entonces, cuando el vien…
Propio camaleón de otros cielos me… A cada nueva aurora mudaba de colo… Así es que prefiriera a su rubor p… El tizne que el oficio deja en el… Quiero decir (me explico): la muda…
La práctica del bien, objeto de la moral, supone el acatamiento a una serie de respetos, que vamos a estudiar en las siguientes lecciones. Estos respetos equivalen a los “mandamientos” ...
En vano ensayaríamos una voz que l… alma mía que no tuviste a quien he… En vano buscamos, necios, en ondas… Reflejos que nos pinten las estrel… Como el perro callejero, en quien…
Después del respeto a la propia persona, corresponde examinar el respeto a la familia: mundo humano que nos rodea de modo inmediato. La familia es un hecho natural y puede decirse que, ...
Exhalación clara que anhelas —a no perturbar un temblor— por iluminar si desvelas, por dormir si enciendes amor. Desde el hombro donde reposas,
Han bajado los indios tarahumaras, que es señal de mal año y de cosecha pobre en la montaña. Desnudos y curtidos, duros en la lustrosa piel manchada…
A Cuernavaca voy, dulce retiro, cuando, por veleidad o desaliento, cedo al afán de interrumpir el cue… y dar a mi relato algún respiro. A Cuernavaca voy, que sólo aspiro
Amapolita morada del valle donde nací: sino estás enamorada, enamórate de mí. Aduerma el rojo clavel