La vida tuya sangre mía abona
y te amo a muerte, te amo; si pudiera
bajo los cielos negros te comiera
el corazón con dientes de leona.
Antes de conocerte era ladrona
y ahora soy menguada prisionera.
¡Cómo luce de bien mi primavera!
¡Cómo brilla en tu frente mi corona!
Sangre que es mía en tus pupilas arde
y entre tus labios pone cada tarde
las uvas dulces con que pan convida.
Y en tanto; flor sin aire, flor en gruta,
me exprimo toda en ti como una fruta
y entre tus manos se me va la vida.